Hoy es la primera vez que me desvío de hablar específicamente de un artista y su discografía y/o significancia e importancia para mi y voy a contarles sobre un álbum específico.
El álbum del que quiero hablar es “Awaken, My Love!”, lanzado a finales de 2016 y que fue una verdadera sorpresa para la industria musical. Su creador: Donald Glover, conocido musicalmente como Childish Gambino.
Gambino es conocido tanto por su trabajo musical como también, por su trabajo actoral, siendo actor y creador de la serie Atlanta, que es muy recomendable. Su talento musical lo hizo conocido a través del rap, siendo uno de los varios exponentes de una nueva oleada de rap moderno, que comparte época con Tyler, The Creator, Earl Sweatshirt y otros varios.
“Awaken, My Love!” fue una sorpresa, porque no se trataba de otro trabajo en tono rap, sino, que fue un álbum que dio un giro… se acerca a acantilado, salta y se sumerge en un océano de funk, soul, R&B, rock y psicodelia, propia de los años setenta y recordando y homenajeando a Funkadelic y los Isley Brothers, Sly and the Family Stone e incluso, Jimi Hendrix. Influencias reconocidas por el productor del álbum (y quien merece una publicación individual per se) Ludwig Göransson, en una entrevista dada a Billboard.
A mi me pasa algo con la música de los 70’s. No es mi época, claro está, pero ir comprendiendo el hip-hop y sus raíces y todo lo que bebe del funk, del disco, del jazz, del rock, es que inevitablemente termino escuchando música de aquella década, necesario para poder entender cómo hacer rap: el sample, los loops de batería, los cortes de sintetizadores o líneas de bajo o guitarra, son mayoritariamente tomados de los años setenta.
Este álbum para mi es una joya de inicio a fin. Aún cuando está claro que Donald Glover pueda caer en algunas partes, notas o detalles vocales, es aquel ánimo de volver a las raíces, de reconocer y homenajear y que al mismo tiempo, traiga al presente, con toda su modernidad, aquellos sonidos de antaño, es el que se agradece en demasía. Y su falsetto, da el toque preciso a cada tema donde es utilizado.
Destaco el coro presente en “Me and Your Mama”, track que da inicio al álbum y que, durante un par de minutos, las voces nos introducen en un ambiente muy bonito sonoramente, dando paso a un sonido funk clásico y a un Childish Gambino que arroja toda la casa por la ventana, en una declaración de amor sin escrúpulos, salida del alma, de alguien que dice «que esto ya no es amor de niños» y se nota, que el amor y el funk llegan para ser gritados y manifestados.
De aquí es el conocido tema “Redbone”, que también es una canción romántica, pero de la que es inevitable no introducirse en la música, más allá de la letra. El tema es redondo y una maravilla de producción, que puede apreciarse en la deconstrucción que realizó Ludwig Göransson para el portal Genius, en la que recrea cada aspecto del track. Cuando otros productores relatan más sobre las experiencias de producción y/o grabación, Göransson vuelve a tocar cada instrumento para mostrarnos cómo se realizó aquel track. En él, es difícil reconocer a Childish Gambino por el uso de falsetto en toda la canción y eso considero que es un buenísimo detalle para su potencia. Es importante notar que logró hacerse con el Grammy a la mejor presentación de R&B tradicional y casi con el de mejor álbum del año, al cual fue nominado también junto a otras categorías.
Todo el álbum recorre y se ambienta en diferentes estilos setenteros. Hay quien puede recordar a Isaac Hayes o a Marvin Gaye en algunos temas, aspecto también notorio al observar las presentaciones en vivo de Childish Gambino en esta temporada.
Los sonidos modernos se mezclan muy sutilmente con guitarras, breaks de batería precisos, un bajo muy destacable en muchos temas y también, instrumentos sutiles como el glockenspiel, un mellotron y formas de edición que homenajean correctamente el sonido anticuado que está presente en el álbum. Donald realiza verdaderos juegos vocales, al cambiar su forma de cantar acostumbrada, adquiriendo todas las características de un artista vocal de R&B, también, jugando con acentos diferentes, como un patois simulado en la canción “California”, que a pesar de su extrañeza sonora, no pierde legibilidad y resulta en un detalle que le da onda al tema de forma idónea.
Homenajear una época a veces suena a refrito o a una excusa para hacer algo con cierta seguridad. En otras, es una aventura que te lleva a descubrir y experimentar la música desde otra perspectiva. Es como pasar de hacer rap a hacer funk psicodélico, tal como hizo Childish Gambino con “Awaken, My Love!”.
En mi escucha de este álbum, desde su lanzamiento, he sido capaz de ir comprendiendo diferentes aspectos, tanto musicales como líricos, y sus respectivas influencias, que me permiten compartir estos pensamientos. Es tal como mencionaba respecto a la música de los 70’s y su importancia en el hip-hop, que no sólo me permite apreciar y conocer estos ritmos, sino también, afloran sensibilidades a medida que me dejo llevar por las melodías y ambientes.
Esa es un área que ha sido importante este último tiempo, mi sensibilidad a la música. Es la idea detrás de ella, sentir, vibrar — como modernamente indican — , es decir, que todas esas melodías, ritmos, letras y ambientes generados despierten algo en ti. En mi caso, no sólo es el headbanging inevitable en algunas canciones, sino también echar a volar la imaginación, metiéndome en el paisaje sonoro generado y viviendo la canción como si de una serie o película se tratase (por eso, mi afán de escuchar más álbumes que temas individuales) o bien, aunque despierto, dejar volar el sentido onírico e ir más allá de la realidad consciente. Hay algunas personas que pueden dar fe de esto, de que a veces, una canción me pega muy fuerte, de forma emocional o bien, que puedo oírla en loop, intentando sacar el rollo de la misma, de todas las formas posibles que ocurran en mi mente, a la par que voy separando y distinguiendo mentalmente cada instrumento.
Me pasa con Pavarotti y su versión de Santa Lucía, me pasa con Meteorites de Yann Tiersen, con Knife Prty de Deftones o la primera Gymnopédie de Erik Satie (y otras varias). Hay diversos momentos de aquellos temas que me ponen en un estado emotivo o imaginativo muy grande.
En “Awaken, My Love!” es “The Night Me and Your Mama Met”, penúltimo corte del álbum y un tema prácticamente instrumental, acompañado de un sutil pero exquisito coro que llena de susurros el tema completo y elevan la escucha, que ya es precedida por un gran final en el track anterior, permitiendo que suceda este clic emocional que menciono. Me gusta la instrumentación utilizada: una guitarra casi sonando como banjo, una guitarra eléctrica, un bajo y un diminuto y preciso glockenspiel, acompañado de las voces corales. Es que el track de verdad es una pasada. Su solo de guitarra es algo muy cercano a lo que haría Jimi Hendrix y es la cúspide del tema, que se va despidiendo con la misma calma con la que comenzó.
Sé que el título significa “la noche en que tu mamá y yo nos conocimos”, y logro entender a la perfección aquella imagen. Pero también, me permite imaginar mis propias ideas y emociones. Una de las imágenes más recurrentes es “esta es la forma de entrar al cielo que me gustaría tener”, es decir, dejarte llevar por ángeles cantando al unísono y que de pronto, haya un solo guitarrero y funk, para mí, sería apoteósico, la verdad. No sé qué pensará Dios al respecto, pero me gustaría considerase aquella idea, de ser posible.
“Awaken, My Love!” fue un suceso que trajo de regreso (aún más) este revival por la música de los setentas, fue aplaudido por la cultura afroamericana, que también se vio representada (mención especial para el arte del álbum) y motivada por el trabajo de Glover, a la vez que le dio a él, una popularidad tal, que cuando posteriormente sacó el single “This is America” nadie pudo decir que no escuchó aquel tema y que no tenía una opinión al respecto del mismo y su videoclip respectivo, todo “because the Internet”.
Así que si vienes del funk, si vienes del rock psicodélico gringo de los setentas o sientes curiosidad por cómo se puede producir un tema de ese sonido en estos tiempos postmodernos, pues debes darle una oída a “Awaken, My Love!”. 49 minutos que seguro algo provocarán en ti. No tengo pruebas, pero tampoco dudas, como reza un conocido meme.
A veces, mirar al pasado es una buena idea para inspirarse en lo musical, en especial, cuando se pueden rescatar sonidos e ideas para mezclarlas con actualidad.
Childish Gambino, recomendado.