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Mercuriales

Hoy les cuento de uno de los descubrimientos del año, aunque siendo sincero, desde el 2022 que sabía de ellos, pero ahora es el momento de hablar de ellos.

Mercuriales es una banda de Córdoba formada en 2019 que propone un viaje musical fusionando sonidos sintéticos con beats y cuerdas donde coexisten géneros diversos como rock, trap, hip-hop, y dream pop.

Iniciado por Fer Mich y Yuls Átomos, el proyecto se expandió a formato banda con la incorporación de Vicky Gigena en el bajo, Iñaki Etchegaray en guitarra lead, Violet Assai en el acordeón y el teclado y Emi Bergliaffa en percusión en el año 2021.

Sus letras proponen re-pensar y re-pensarse en situaciones del cotidiano, el barrio, las amistades, ondulando entre lo arduo y la liviandad del transitar.

Esta descripción, tomada textualmente de su perfil de Spotify es la forma más concisa de presentar a Mercuriales. Pero si me permites extenderme, es mucho más que lo que aquellos párrafos pueden expresar respecto a la banda.

Nunca en lo personal, he sido muy cercano al mundo musical argentino, más que nada, porque no he conectado con ella como otros muchos lo han hecho, a través de Gustavo Cerati, Charly García, Vicentico, Fidel Nadal o el Bahiano, pero siempre he tenido una admiración por artistas específicos, que como menciono, quizás no forman parte de mi playlist diario, siempre están presentes por una canción específica.

Y tal es el caso de Mercuriales. Llegué a conocerles por medio de Vicky Gigena, bajista del grupo (*), gracias a intereses en común como colegas en el mundo del diseño gráfico y empezamos a compartir algunas cosas, ella compartía algún extracto de un tema de Mercuriales y yo hacía lo mismo con alguno de los temas que he estado produciendo durante estos años. Hay una amistad cimentada en diseño, YouTube, WhatsApp y música, en especial, estos ritmos funk y hip-hop tan frescos y modernos.

Mercuriales, tal como indican, tienen una mezcla muy fresca que unifica hip-hop, funk, rock y dream pop, con toques de rap y música urbana muy puntuales, todo pasado por una jugera y filtrado, cual buen café, para dar con una propuesta funketa muy rítmica y agradable de escuchar. Muy moderna y de la cual te dan ganas de escuchar y disfrutar mientras paseas en automóvil, en bicicleta o a pie, a través de los colores de la ciudad, las texturas y aromas que puedes encontrar en tu camino. El rimo y melodía acompañan aquellas instancias, tal como me acompañan mientras escribo estas líneas.

Se hace poco el EP que lanzaron en 2022, llamado 24/7… es grosso, como diría un buen argentino, pero sus cinco temas se hacen poco, para la genialidad del sonido del grupo, es injusto, jajaja, pero de lo bueno, poco, dicta el dicho.

Estos cinco temas, expresan más que nada, la cotidianeidad de la vida urbana, el deseo de ir más allá, de disfrutar la vida y crecer también, mostrando la fragilidad de los sentimientos humanos y sus vivencias diarias. También, hay crítica social muy puntual, que le da un toque social moderno y enchufado a la realidad. Hay rapeos breves, pero bien establecidos, una melodía mayoritariamente funk en la forma en que se van concatenando los versos y las armonías vocales, sobretodo en fraseos y onomatopeyas, complementan súper bien el groove general de los temas.

Ya fundió el Plan, tiene una melodía que recuerda varios artistas de funk o R&B norteamericanos, con aquel toque dream-pop de fondo, que permite que apreciar el tema sea una experiencia que permite conectar con los versos cantados.

Frágil, tal como el título, es una canción que tiene un sonido que invita a escuchar desde la primeras notas, destacando la línea de bajo, que posee un sonido atractivo y relajado. La letra de este track es una de las que me gusta de este EP, el sentimiento, los matices, el tiempo, la muerte, esas temáticas que creo que todos hemos sentido en más de una ocasión, hace que el tema sea disfrutable a modo introspectivo pero también, disfrutable, por su instrumentación.

B1C1, fue el primer tema que escuché, gracias a Vicky y ahí enganché con el ritmo y onda de Mercuriales, recordándome a lo mejor de Los Tetas y a la parte más funkera de Chancho en Piedra, pero con un giro urbano rico y moderno.

Bai Bai, el último tema y que le dice bye-bye al álbum, es como indica su nombre, un tema para despedir finalmente a una experiencia que debe quedarse en el pasado, tú le pones el subtítulo: sea un amor, un trabajo, una amistad, una mala experiencia, etc. Tiene una mezcla muy extravagante de ritmos urbanos actuales, que lo hacen pasear entre el dream pop y el trap, tanto el moderno como el clásico.

Cabe destacar también que han sabido no sólamente crear este EP con estos ricos sonidos y ritmos, de forma musical, sino que también ha podido traducir aquel feeling de sus canciones de forma audiovisual, con un video clip que abarca la duración completa del álbum, con distintas tomas, enfoques y ambientación, según la canción del momento.

La cinematografía de estos clips está súper bien lograda, resulta atractiva y es una excelente compañía para las melodías sonoras a las cuales complementan, de forma idónea, al nivel, que me han inspirado para hacer algo similar, aunque no sé si lo haría con la duración del álbum que estoy planificando, porque no sé si tendré ideas visuales para más de una hora de duración, jajaja.

En fin, todos los aplausos son para Mercuriales, porque han sabido trabajar su propuesta de una forma correcta, auditiva, visual y como manifestación de la cultura musical actual que se levanta no solo en Córdoba, sino también en distintas partes a lo largo y ancho de Argentina, no por nada ganaron el premio a artista o banda revelación urbana del año 2023 en los premios Cieya (Cámara de la Industria del Espectáculo y Afines), dando un verdadero salto en su carrera musical.

(*) Al momento de publicar este artículo, Vicky ya me ha contado que no sigue en Mercuriales con el sonido de su bajo. ¿Los motivos? me parecen ciertamente inmaduros, pero sé que para Vicky será una oportunidad no sólo de crecer como la gran diseñadora que es, sino que también tendrá la oportunidad de poner todo el groove de su bajo en un futuro musical que puede ser más que próspero.

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Bajo La Norma

Durante estos días feriados de fiestas patrias en Chile, he lanzado un single nuevo en Spotify, llamado “Y Sigo Aquí”, el cual es una recreación completa de una canción original que grabé entre 2007 o 2008. Actualizar esta canción no sólo me hizo reescribirla, sino también, recordar y en parte, estudiar mis pensamientos e ideas en aquellos años en los que concebí el tema.

2008 venía siendo un buen año para mi, había dado el salto a producir mis propios temas, al menos, de manera artesanal y tenía varias ideas. Siempre con Enzo (Dyestroh) como contraparte en lo posible, pero también, pude hacer varias cosas de forma independiente. Eso sí, tenía mis dudas… ¿podría encontrar una buena dirección al no contar con Enzo como siempre? ¿funcionaré bien como solista si estaba acostumbrado a trabajar como dúo? todas esas interrogantes, vivencias y experiencias de aquellos momentos empezó a redefinir mi propuesta y estilo personal. La canción original “Sigo Aquí” fue una respuesta, creo, a aquellos instantes.

Traerla al presente y hacerla concordar con este tiempo, también fue un reto, quizás, no tanto a nivel lírico, ya que la letra se mantiene muy similar al original, salvo algunos versos actualizados, cambiados y mejorar la fórmula y cadencia de algunas rimas al ser recitadas/rapeadas. El reto tampoco fue producir un buen beat moderno que pueda potenciar la letra, ni tampoco encontrar el tono de voz hardcore apropiado para el tema.

El reto para mi fue… ¿puedo identificarme con esta letra en mi actualidad? Y la verdad, si, si pude. Y notarlo no sólo me ha hecho vivenciar mi propio crecimiento como artista, sino también, añorar, en cierta forma, o mejor dicho, recordar con mucho cariño todo lo que hicimos en conjunto con Enzo, como dúo. Un dúo llamado Bajo La Norma.

Y con esta introducción basada en estos días, quiero contarte un poco de qué o quiénes son (o eran) Bajo La Norma.

Estilizado como BajoLaNorma y abreviado BLN, es un dúo de hip-hop de influencia cristiana que fue creado el 2004 por Enzo “Dyestroh” Carrasco y José “Beraka” Lobos, amigos y hermanos de rimas desde el 2001, nuestras inquietudes por el hip-hop se complementaron, creando “Reforma”, efímero dúo con el cual realizaron covers, a la vez que empezaban a desarrollar su estilo propio. Prontamente desarrollaron sus propias letras y temas y también desarrollaron el arte del graffiti.

Durante el 2002 y luego de tener la ambición de fomentar la cultura hip-hop, formamos la agrupación TMS —TagMasterS—, la primera crew hip-hop de la ciudad de Los Álamos, en la región del Bío-Bío, la cual llegó a integrar a 12 jóvenes, abarcando el breakdance, graffiti y rap, participando de concursos y eventos varios.

Enzo traía ideas y referencias desde Santiago, al tener familiares allá y visitarlos en ocaciones, volviendo a Los Álamos con música de nuevos exponentes, fórmulas de rap e ideas visuales. Yo hacía lo mismo, trayendo música y novedades desde Temuco, justo en los años en los que se había formado una gran comunidad de raperos y artistas afines con ideas cristianas, a la par del florecimiento del rap underground temuquense.

Como TMS nos vimos potenciando nuestras habilidades como MC’s y como escritores de graffiti, tags, bombs, 3D, wildstyles y otros estilos. Participamos de eventos municipales y religiosos, buscando lugares donde poder demostrar nuestro arte, sin sonar pretensiosos. Así, llegábamos a compartir con jóvenes de Santiago que participaban en campamentos de ayuda social por parte de entidades ligadas a la iglesia católica y cuando hacían cosas en el gimnasio municipal, allá estábamos haciendo freestyle libremente, ante la mirada atónita de chicos que no conocían el rap ni mucho menos, que se practicaba en aquella zona.

Todas estas experiencias fueron nuestra escuela. Tardes completas en la casa de Enzo, escuchando música, haciendo mixtapes para compartir con nuestros amigos, leyendo una revista sobre hip-hop española, Hip-Hop Nation, que también sirvió como medio de referencia, compartiendo rimas, conversando temas personales y anécdotas que día a día iban definiendo nuestra propuesta. O en mi casa, jugando a ratos en un antiguo Macintosh y escuchando rap francés o americano, a la vez que boceteábamos graffitis y caricaturas de nosotros mismos.

Así, con todo este ánimo e intención, planificamos nuestra primera maqueta como TMS, la que titulamos “Primera Fase”, la cual nunca fue producida, por diferencias conceptuales y problemas a nivel grupal, ya que si bien, éramos tres los principales creadores del concepto de la maqueta (es decir, tres integrantes estábamos creando rap: Enzo, Christopher, alias ‘Semántiko’, y yo), queríamos integrar a los demás, como un todo, pero nos encontramos con que éramos sólo nosotros, Enzo y yo, quiénes estaban más empeñados en el proyecto. Este pensamiento, junto con otros problemas que surgieron, produjeron el quiebre y la disolución final de TagMasterS

Pero ambos, Enzo y yo, siempre seguimos creativamente inquietos, y un año después, formamos Bajo La Norma a principios del 2004, ahora una nueva agrupación, con raíces cristianas y abarcando principalmente la música, con la clara intención de poder grabar una maqueta y difundirla en la zona. Manteníamos la mentalidad de grupo, al contar con José Matamala (Crawn/Zega) como tercer miembro, Crawn siempre estuvo con nosotros en TMS, apoyando, abriéndonos su hogar para reunirnos y compartir. Aún así, no lográbamos, mejor dicho Enzo no lograba, entusiasmar a Crawn lo suficiente como aventurarse a hacer rap. A pesar de los años de aprendizaje y experiencia con TMS.

Naturalmente, trabajamos como dúo con Enzo. Quizá eso fue lo que debimos haber hecho desde un principio, pero nuestro amor por el hip-hop nos llevó a intentar formar un equipo o grupo primeramente. Deshacernos del “peso” de TMS y de empezar a trabajar como dúo como BLN, nos permitió enfocarnos en escribir canciones que manifestaban nuestra fe en aquel momento y que también eran una suerte de declaración de renovación e intenciones que queríamos establecer como grupo de hip-hop cristiano. O como grupo de hip-hop a secas: que podíamos entregar un mensaje diferente, sin perder credibilidad en las calles o por otros pares.

Aquellas sesiones de escribir temas concluyeron en el verano de 2005 con el lanzamiento de “Nuevo Pacto”, EP de 8 temas en el que expresamos nuestra forma y visión de vida y entregamos un mensaje de paz, mediante el estilo propio desarrollado con el pasar de los años. Esta producción fue ampliamente difundida en radios y en tocatas y eventos locales.

El trabajo que habíamos iniciado en 2002, rendía frutos en 2005, obteniendo buenas referencias de nuestros pares y amigos en otras localidades y de que el hip-hop en Los Álamos estaba establecido gracias a nosotros. Así, seguimos participando con otros grupos y tocatas, formando lazos de amistad con crews y raperos de otras ciudades, siempre abiertos a compartir el hip-hop y su cultura de manera amplia y transparente.

Bajo La Norma no sólo definió nuestra capacidad y trabajo artístico, sino también que es un sello de amistad que ha perdurado hasta el día de hoy.

Luego, procederían a tomar caminos distintos, Dyestroh en Santiago y Beraka en Temuco, siendo igual activos creativa e individualmente. Y durante aquel año 2008, mientras yo formaba una carrera en solitario, en Temuco y empezaba a ser partícipe del movimiento hip-hop de la ciudad y Enzo desarrollaba su trabajo en Santiago, también dando rienda suelta a su creatividad en el rap, comienzamos con la inquietud y el anhelo de continuar con nuevas grabaciones y producciones, esto nos llevó a crear y lanzar un par de singles y un relanzamiento del EP Nuevo Pacto, ya como un LP que incluye temas nuevos e instrumentales.

Así, llega el 2010, donde pude lanzar un álbum solista autoproducido, llamado “Demos Demás”, que era un recopilatorio de demos y temas inacabados propios y de Bajo La Norma, incluyendo participación de grandes amigos.

Durante 2014, a diez años de la creación de BLN, empiezan a crear nuevas ideas y la música fluye entre nosotros, y tal como hace una década, en el verano del 2015 lanzamos un single, llamado “Otra Vez en Escena”, que era una declaración de intenciones y una forma de mostrar que seguíamos conectados y creativos, a pesar de la distancia y los años.

Por eso, Enzo forma parte de mi proyecto actual de producción musical, aquel álbum que me encuentro desarrollando. Enzo es prácticamente el primero que revisa las letras que escribo y el primero que recibe las maquetas y másteres finales de las canciones que llevo producidas. También, es obvio, es parte del proyecto compartiendo rimas directamente, en el tema “Reacción, Arte y Protesta” que grabamos y lanzamos durante el invierno de 2022, con otro tema en conjunto en planificación.

El tiempo nos dió la razón, la experiencia, las habilidades, la paciencia y la alegría de poder compartir una amistad, una hermandad y un lazo basado en el hip-hop.

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Linger Awhile

Agosto ha sido un mes de cambios y por ello, no he podido realizar publicaciones como lo tengo establecido, pero durante septiembre volverá la normalidad, con artículos que tengo pendientes por compartir.

Hoy te vengo a contar sobre un álbum al que le he dado vueltas algunos días de forma continua: “Linger Awhile” de Samara Joy, publicado en 2022.

Jazz puro, moderno e igualmente clásico. “Linger Awhile” es el segundo álbum de Samara Joy (de 23 años), nativa del Bronx, New York y ganadora del Grammy al mejor nuevo artista y mejor álbum vocal de jazz, en su versión 2023.

En un presente donde lo que más resuena es la música urbana (en sus distintas facetas y estilos) volver un instante a su innegable pasado e influencia, el jazz, en la voz de Samara Joy, es un oasis que tanto melómanos y oyentes ocasionales pueden disfrutar abiertamente.

En el vibrante panorama musical de 2022, este álbum emergió como una joya que atrajo la atención de melómanos y críticos por igual, gracias a su cautivadora voz y una maravillosa expresividad vocal para transmitir emociones a través de su música.

La producción en “Linger Awhile” es de primera categoría, con cada pista que muestra la impecable destreza musical de Joy y los músicos que la acompañan, mayormente los mismos que la acompañaron en su primer LP, artistas que también fueron sus maestros durante su estadía en la Universidad Estatal de New York. Así, Pasquale Grasso, en guitarra y Kenny Washington, en batería, continúan su camino y aventura musical junto con Samara. Se les añaden David Wong, en el contrabajo y Ben Paterson en el piano. De esta forma la mezcla del álbum está equilibrada, permitiendo que la voz de Joy tome el centro del escenario mientras resaltan las complejidades de cada instrumento. Eso y sin considerar que fue producido y editado en un sello histórico en el jazz como lo es Verve Records.

Los medios han elogiado rápidamente “Linger Awhile”, y muchos críticos han destacado el talento de Samara, siendo descrito como “un álbum asombrosamente bueno” y la calidad vocal de Samara, describiéndola como poseedora de “un timbre increíblemente bello”.

En lo personal, no siendo un asiduo oyente de jazz, me ha encantado su propuesta, su sonoridad y el ambiente que logra generar durante la experiencia del álbum completa. Esa ambientación y feeling que sólo el buen jazz logra manifestar, hace que concentrarse en las letras y en la música, permita sentir su contenido, sus ideas y su expresividad.

Es un álbum que fácilmente puedes disfrutar en una noche como las actuales de mi ciudad: lluviosa, un tanto fría, pero acompañado del calor del fuego, de un buen café o mejor aún, de un buen vino en compañía de alguien íntimo y querido, disfrutando de un momento de calidez humana, a través de una rica conversación o bien, de estar en silencio, en sintonía, escuchando cada melodía, armonía y frase expresada por Samara Joy.

Como favorito personal, recomiendo el tema “I’m Confessin’ (That I Love You)”, sobretodo por su parte final, vocal y netamente expresiva, que muestra su talento con creces, a la vez que te sumerges en un sentimiento de apreciación del amor que es rico de escuchar y sentir.

También, “Guess Who I Saw Today” y “Someone to Watch Over Me”, tanto por la calidad de Samara como vocalista y por la increíble calidad de los músicos que la acompañan en esta aventura romántica y disfrutable que es el álbum “Linger Awhile”.

“Linger Awhile” es una escucha obligada para cualquiera que aprecie la buena música y el buen jazz. Samara Joy ha creado un álbum que no solo es musicalmente rico, sino también emocionalmente resonante. Con su estilo y excepcional talento, Samara afianza su lugar como una de las artistas más prometedoras de nuestro tiempo, y “Linger Awhile” es un testimonio de su genio musical.

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JJBeats

Desde que retomé la música y emprendí este viaje de crear rap y un álbum que represente gustos, ideas, influencias, etc. he abierto mis oídos, mi mente y presencia hacia mi ciudad y su movimiento artístico. Siempre he conocido el movimiento musical relacionado al hip-hop local, pero quise expandirme hacia otros ritmos que me gustan, el viaje a New York City amplió aún más esta visión, así he llegado a poner atención en la escena jazz y lofi de Temuco.

Coincidentemente, también empieza a aflorar un movimiento jazz/hip-hop, gracias a Brodelaire, Los Jazzpretenders y otros artistas que empiezan a tocar al aire libre, en lugares y fechas específicas, en unos eventos llamados “Jazz Urbano”, abriendo un espacio para la improvisación musical, típica del jazz y el freestyle, off the top, típico del hip-hop, resultando en exquisitas sesiones que permiten que la creatividad, lírica, melódica y la alegría de disfrutar la música de diferentes maneras, sea una constante de desarrollo artístico, conjuntando a artistas de jazz conocidos de la región, con jóvenes exponentes del freestyle, también bailarines de breakdance y cualquier persona que sienta el deseo de expresarse, mediante algún instrumento, danza o canto, encontrando un espacio común, como si de varios universos se conjuntasen, universos que tienen la misma rama evolutiva en común: la música negra.

En tiempos en los cuales la música se convierte en una compañía más que necesaria en nuestras vidas, espacios digitales como Lofi Girl y sus beats para relajarse o estudiar se hacen parte de nuestra rutina diaria, así aparece desde la bruma de Temuco un dúo con la idea de darle vida al lofi, al hip-hop y al jazz por medio de instrumentación y presentación en vivo, una idea digital que se vuelve análoga: JJBeats.

También, la pandemia y todo lo que conllevó vivirla, abrió la puerta a nuevas formas de experimentación, ahora de forma online. Esto es lo que JJBeats ha vivido de forma directa en su génesis.

JJBeats, es un dúo de músicos que están desarrollando una propuesta basada en lofi, funk, jazz y hip-hop, de forma instrumental, formado por Javier Lorca y Javier Fuentes, Lorca en los teclados y arreglos y Fuentes en la batería. Ambos, forman parte igualmente del cuarteto Melange, junto con Esteban San Martín y Luis Medina, quien también acompaña al dúo en las presentaciones en vivo de JJBeats, en el bajo eléctrico.

Ambos músicos tienen experiencia en el medio jazzístico y en pandemia, con afán de dar rienda suelta a la creatividad y buscar formas para canalizarla durante el encierro, les llevó tal como han señalado en sus livesets, a compartir audios mediante WhatsApp, en el caso de Fuentes, con algunos breaks de batería con Javier Lorca y este le compartía de regreso otro mensaje en audio, con arreglos de teclado encima de aquel beat. Este intercambio constante, permitió a ambos establecer una forma de trabajo que dió con la creación de JJBeats, y posteriormente, ya en tiempos de plena libertad, posibilitó llevar la propuesta musical al terreno en vivo.

El viernes 23 de junio de 2023 tuve la oportunidad de ir a la tercera presentación oficial de JJBeats, llevada a cabo en Casa Varas, casona con historia en Temuco, ahora establecida como centro cultural, un espacio ad-hoc para disfrutar de buenos beats en una lluviosa noche de invierno típicamente temuquense.

Acompañado por Simón, disfrutamos de una sesión íntima, sencilla, en la cual JJBeats presenta su segundo EP, que cuenta con 10 tracks, con una duración de 21 minutos. También, presentan temas de su primer volumen, dando rienda suelta a la sonoridad lofi, jazz y hip-hop, acompañados en el saxofón por Damián Orellana y también por Homybless, quien por medio de la improvisación, se convierte en un complemento maravilloso para los beats y melodías que JJBeats ha creado. Su freestyle es natural, comprensible y demuestra una habilidad que hace eco de un buen dominio lírico rápido y creativo donde resuenan lecturas, conocimiento y formas de visión propias de alguien con una amplitud de mente que ciertamente no es común encontrar, que durante muchos momentos me hacía recordar a Mantoi.

JJBeats hace notorio que también disfruta tocar sus creaciones en vivo. Lorca y Fuentes se conocen y eso es muy notorio, también con Luisfe, hay conocimiento mutuo y entendimiento de cada uno para con su instrumento y el conjunto que forman. Es agradable notar esos detalles en músicos que vibran con lo que hacen. Luisfe ponía el groove preciso en la línea de bajo. Si bien, quizás los originales archivos de audio puedan contar con un bajo programado, traerlo al sonido presencial, le da un toque que sólo el sonido del bajo real puede otorgar.

D. Orellana, J. Fuentes, J. Lorca, L. Medina y Homybless

También tuve la oportunidad de ir al primer liveset de JJBeats, que ocurrió el 27 de enero, en el café Allegro de Temuco, si bien, el dúo no quedó satisfecho con la calidad de aquella presentación, si fue la oportunidad de conocerles y de seguir su trabajo. Así también, se presentaron en Pucón el 5 de febrero y ahora, en Casa Varas, en la fecha anteriormente señalada, ya con un fecha agendada para el 1 de julio, nuevamente en el lacustre Pucón.

Escuchar los dos volúmenes de JJBeats es una experiencia que se disfruta mucho más en vivo. Tal como Simón me señaló posteriormente, el estilo musical es algo que puedes encontrar y consumir fácilmente en Spotify o YouTube (hola Lofi Girl) pero en formato liveset, con el ambiente y sonoridad de cada instrumento, la manifestación viva del ritmo funk, jazz, lofi y hip-hop, hacen descubrir nuevas experiencias y detalles, en lo personal, destaco aquel crash formado por 3 o 4 platillos carreteados, muy utilizados, doblados y de apariencia extraña, pero con un sonido tan único que creo sinceramente que se convierte en un ítem característico del ritmo de JJBeats.

La compañía de Damián Orellana, en el saxofón en uno de los temas, trae todo ese groove del jazz que complementa tan bien el hip-hop, que de verdad, dan ganas de escuchar más.

La intimidad de la presentación hace fácil engancharse del proyecto y de disfrutarlo, poder compartir de forma grupal una instancia así es algo muy enriquecedor, que en mi caso, me influencia en mi andar musical y sé que a Simón le hace mucho sentido y le permite apreciar sonidos urbanos en su escencia más pura.

Así, en muchas ocasiones, JJBeats me hacen recordar a grupos como The Herbaliser, Kuder & Dorfmeister, y a los incomparables J Dilla y Nujabes.

Un ambiente cálido, íntimo y que invita a la apreciación musical, a dejarte llevar por los ritmos, armonías e inevitablemente a mover la cabeza ante buenos beats, disfrutando de un viaje sonoro con el sabor del vinilo, del jazz, de la electrónica, de la batería y del bajo al son de un latido grupal.

Sin lugar a dudas, JJBeats, una propuesta interesante, bacán y necesaria.

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Alopecia

WHY? es una de esas bandas que cuando la escuchas por primera vez te parece muy extraña, rara o que no encaja bien con el resto de bandas a las que uno puede estar acostumbrado. Pero que cada vez que continúas escuchándola, vas descubriendo las influencias, la mezcla de estilos, lo diverso de la propuesta. Y a nivel lírico, pues unas letras sinceras, poemas oscuros basados en experiencias (y alucinaciones) personales, a veces, metafóricas, otras veces, muy explícitas.

WHY? partió como el proyecto personal de Yoni Wolf, una suerte de one man band, donde quiso experimentar a mezclar el hip-hop con el rock indie, alejado de las experiencias aggro o metal de Rage Against the Machine, Körn o Limp Bizkit y más cercano a algún sonido o propuesta a la que quizás Chino Moreno podría ser más cercano.

La propuesta funcionó. Creando un sonido único, extraño, diferente. Que supo entremezclar las sonoridades típicas del rap alternativo y el rock indie, multiplicando igualmente sus referentes, tomando cosas de ritmos tan dispares como el folk, el trip-hop, el avant-garde, etc.

Posteriormente, incluyó a Doug McDiarmid, a Matt Meldon y a su hermano, Josiah Wolf, formando y pasando a ser una verdadera banda musical.

Yoni Wolf es un conocido del medio underground, ya que es parte del colectivo Anticon, que de por sí merece ser extendido en un artículo independiente, este conglomerado de artistas reune a Doseone, Jel, Odd Nosdam, Alias, Pedestrian y a Yoni Wolf (anteriormente formaba parte igualmente Sole, pero éste se retiró para pasar a ser totalmente independiente y autosuficiente) Anticon es la expresión del avant-garde hip-hop, el equivalente hip-hop del post-rock, al traer y agrupar, artistas con una visión diferente sobre lo que puede lograrse con el rap, como elemento musical. WHY? es ejemplo directo de esto.

Ingredientes: introspección, historias explícitas de la vida, estilo de vida, hip-hop, indie, rock, folk. Preparación: mezcla todo en una juguera por unos minutos. Resultado: Alopecia, de WHY?.

Establecida esta suerte de introducción, quiero hablarte del álbum que destaco de esta banda, su nombre: Alopecia. Es su segundo álbum, y quizá el más conocido que WHY? posee y a pesar de haber sido publicado en 2008, su sonido y propuesta suena increíblemente actual y moderna. No podría decir que es un álbum que ha envejecido bien, porque literalmente no ha envejecido. Suena fresco, extraño y moderno siempre.

Esta particularidad es generada por los ricos sonidos que forman las canciones presentes en Alopecia. Una mezcla de instrumentación en vivo y programación electrónica, creando una atmósfera única y distintiva. La producción se caracteriza por su enfoque crudo y lo-fi, con una mezcla de sonidos orgánicos y electrónicos que se entrelazan en cada canción. La voz distintiva de Yoni Wolf es otro elemento que define el estilo de Alopecia. Su voz, generalmente con un tono nasal marcado, a veces es suave y melódica, y en otros momentos puede ser rápida y rítmica, adaptándose a las letras y el estado de ánimo de la canción. La forma en que Yoni Wolf entona sus letras es una parte integral de la entrega lírica de WHY?. Al cantar y hacer rap, Yoni Wolf manifiesta en carne y hueso la propuesta que tiene con WHY?, al mezclar de una forma singular el rap y el canto, que en su voz, hace que este experimento tenga sentido.

En cuanto a las letras, Alopecia se destaca por su narrativa introspectiva y lírica poética. Las letras de Yoni Wolf son altamente introspectivas, a menudo explorando temas como la identidad, la muerte, la ansiedad, el amor y la pérdida. Sus letras están llenas de metáforas, juegos de palabras y referencias culturales, lo que las convierte en un aspecto distintivo de la música de WHY?. Muchas de estas letras, al ser introspectivas, narran sucesos y visiones, pensamientos propios de Yoni Wolf en base a sus experiencias, vivencias, romances y deseos.

En general, Alopecia es un álbum audaz y artísticamente arriesgado que combina una variedad de influencias musicales y líricas para crear un sonido único. Su enfoque experimental y líricas introspectivas han hecho de este álbum un trabajo destacado en la discografía de WHY?, quizás por esto es el álbum que más disfruto de la banda, al punto que lo he tomado como referencia al momento de inspirarme y escribir versos para algunas canciones propias.

Si se trata de elegir canciones de este álbum, sin duda alguna, me quedo con dos: Good Friday, con su sonido oscuro y relato sincero y retorcido y Simeon’s Dilemma, con el verso «Stalker’s my whole style / And if I get caught, I’ll / deny, deny, deny» y aquella idea de la letra de ser un stalker y fantasear sobre un amor no correspondido.

Un excelente álbum, que gracias a su propuesta alternativa, concede un larga duración que puede ser disfrutado de principio a fin.

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Wu-Tang Clan en Santiago (01/04/2023)

El sábado 1 de abril de 2023, en la ciudad de Santiago, capital de Chile, se presentó el grupo Wu-Tang Clan, presentación que fue presenciada a lleno total del recinto Movistar Arena y que proveyó de una excelente jornada musical, llevada a cabo por uno de los más influyentes grupos de rap y de la cultura hip-hop del mundo.

Mi primer recital importante del año y sino, el más importante en mucho tiempo, ya que este contempla mi estilo musical favorito, la cultura a la cual pertenezco y de uno de los grupos que más me gustan dentro del género.

Volé pasado medio día hacia Santiago, pasé a establecerme de inmediato en una gran casa hostal en la cual me hospedé (y recomiendo totalmente) para posteriormente, juntarme con unos amigos y asistir al reciltal. Fué un fin de semana de sol en la capital, calor soportable y en general un muy buen clima, más otoñal a medida que se acercaba el atardecer y la noche.

Hace tiempo no visitaba Movistar Arena y fue grato al llegar ver tantas personas con poleras negras y el característico símbolo identificatorio de Wu-Tang: la letra W estilizada y amarilla, diseñada por Allah Mathematics, DJ y productor siempre cercano al grupo, a RZA y responsable del último LP del grupo: The Saga Continues.

Muchos raperos y adeptos al hip-hop, sorpresivamente igual, muchos mayores de 25 años, demostrando que esa sería una noche de rap vieja escuela. Lo cual, me placía mucho más.

Con Eliezer, más conocido como Elemento (y dos amigos más que lo acompañaban) ingresamos a eso de las 21 horas al recinto, luego de un breve tiempo de espera en fila en los diferentes accesos y alcanzamos a disfrutar parte de la presentación de Mente Sabia Crú, grupo chileno que tiene más que bien ganada su carrera y que tiene por integrante a uno de los raperos más interesantes de Chile: Dr. Bene, de mis favoritos de la escena rap local.

Luego de un breve interludio por DJ Atenea, se inició la presentación de los neoyorquinos propiamente tal, con una banda en vivo que tocó una suerte de introducción instrumental-vocal que no sirvió de mucho frente a un público que ya tenía todas las ansias de ver a las abejas asesinas de Wu lo más pronto posible. A mi me gustan esos experimentos de no sólo depender de tornamesas y equipos electrónicos para presentaciones de rap, pero compartía totalmente el ánimo de todos los demás: «ya po, queremos a Wu-Tang!».

Hasta que aparecieron. Liderando como corresponde, RZA, quien contó con un ánimo extraordinario durante toda la presentación. Se hicieron presentes Raekwon, Ghostface Killah, Inspectah Deck, U-God, Mastah Killa, Cappadonna y el mencionado líder shaolin, RZA. Su primo, GZA no se hizo presente por motivos desconocidos y el muy querido Method Man tampoco hizo presencia, obviando participar de varias fechas del clan, aunque se rumorea de algunos posibles impasses, algo de lo que no ha sido ajeno Wu-Tang en sus 30 años de carrera. Más que mal, se trata de un total de nueve integrantes con diferentes personalidades, visiones y estilos.

A mi me agradó mucho el relajo que tenían todos. Se sentían cómodos en Chile y con el público presente. Como Voltron, el mítico robot de la animación japonesa, saben trabajar como un enjambre que funciona a la perfección. Es que son años de travesía, compartir escenarios, experiencias, estudios de grabación, etc. Ver a U-God con una buena relación con RZA, la amistad y hermandad tan palpable entre Raekwon y Ghostface, lo tranquilo y observador, pero igual comprometido del Rebelde INS, son sólo ejemplos que manifiestan el lazo que han construído y que sin lugar a dudas, les ha costado mucho esfuerzo y sacrificio. Por eso, el lugar, el podio de Wu-Tang Clan lo tienen más que bien ganado.

Aquella noche, el listado de canciones se basó mayoritariamente en temas de su álbum debut, Enter The Wu-Tang (36 Chambers), que los puso en el mapa de la música y también de canciones de otros miembros, del segundo álbum, Wu-Tang Forever e incluso, un loco cover de un extracto de la canción de Nirvana, “Smells Like Teen Spirit”

El grupo que sorprendió al mundo con una propuesta basada en el kung-fu, el rap hardcore y con una visión única sobre cómo manejar la carrera musical de cada uno de sus miembros, Wu-Tang Clan, demostró en Chile su total vigencia, su completa fortaleza y su integridad como uno de los exponentes del hip-hop más importantes del mundo.

  1. Killa Bees on the Swarm
  2. One Blood Under W
  3. Bring da Ruckus
  4. Da Mystery of Chessboxin’ (sin el verso de Ghostface)
  5. Shame on a Nigga
  6. Wu-Tang Clan Ain’t Nuthing ta F’ Wit
  7. Bring da Ruckus
  8. Can It Be All So Simple
  9. Clan in da Front
  10. Method Man (versión acortada)
  11. Ice Cream (de Raekwon)
  12. C.R.E.A.M.
  13. Tearz
  14. Shimmy Shimmy Ya (de Ol’ Dirty Bastard)
  15. Got Your Money (otra de ODB)
  16. Duel of the Iron Mic (canción de GZA)
  17. Gravel Pit
  18. Triumph
  19. Reunited
  20. 4th Chamber
  21. Uzi (Pinky Ring)
  22. For Heavens Sake
  23. Protect Ya Neck (Acapella y con otra pista)

Cada uno de los integrantes tuvo su momento para lucirse, con solos de rap, preguntas y momentos de interacción con el público. Por ejemplo, RZA a modo introductorio para C.R.E.A.M., consultó como le llamábamos al “tuco” de billetes, y posteriormente, Raekwon procede a cantar con un billete de diez mil pesos tapándole un ojo, a modo de parche, muy ad-hoc para el “cash rules everything around me” del contagioso coro. Además, se destaca la presencia de Cappadonna y U-God, dos miembros que no siempre están presentes en todas las presentaciones del grupo, y que fue muy valorada por los asistentes, ya que estaban totalmente comprometidos y cercanos para con el público y para con sus pares del grupo.

Para destacar, la energía y la habilidad de Wu-Tang Clan para conectar con su audiencia, misma que respondió con entusiasmo a cada una de las canciones interpretadas por Wu-Tang. La mayoría de los asistentes eran fanáticos del grupo desde hace años, y se notó que conocían muy bien las letras de las canciones, lo que permitió que se generara una conexión especial entre los artistas y el público, aunque quizás nuestro inglés en general no sea bueno, pero si se trata de Wu-Tang, ciertamente son canciones sabemos de memoria.

Los momentos más emocionantes de la presentación se dieron cuando el grupo interpretó algunas de sus canciones más clásicas, como “Shame on a Nigga”, “Wu-Tang Clan Ain’t Nuthing ta F’ Wit”, “C.R.E.A.M.”, “Can It Be All So Simple”, “Shimmy Shimmy Ya”, “Protect Ya Neck” y “Triumph”. En estos momentos, la audiencia coreó las letras de las canciones con gran entusiasmo y era notable cómo todos nos hacíamos partícipes y cómplices de estos monjes shaolines, sin mencionar que acá le tenemos mucho cariño al fallecido Ol’ Dirty Bastard.

El show de Wu-Tang Clan terminó poco después de las 23 horas y sin los típicos vitoreos que exigen otra canción o similar, demostrando, muy a modo anecdótico, que los que asistimos eramos “vieja escuela” (o que simplemente, somos viejos, jajaja), pero fue más que un show increíble. Muy necesario para el ámbito hip-hop nacional. Había quedado el sinsabor de la fallida presentación de Wu-Tang en 2020, gracias al COVID-19 y en lo personal, también porque cuando pude ir a New York City en septiembre de 2022, el grupo se presentó en el cercano New Jersey la semana siguiente a mi estadía, dejándome con esas ganas de haber disfrutado a Wu-Tang en territorio gringo.

En resumen, la entrega y el entusiasmo de los integrantes de Wu-Tang Clan, sumados a la receptividad y el conocimiento del grupo por parte del público, generaron una experiencia musical única y muy valorada por todos los asistentes al concierto. La combinación de la calidad del espectáculo, el ambiente seguro y la interacción entre los artistas y el público hizo de la presentación de Wu-Tang Clan en Chile un éxito rotundo.

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Intergaláctico, Planetario

Siempre, como parte del hip-hop y también como melómano, he tenido un gusto y cariño especial por los Beastie Boys. Recuerdo que me sentí muy feliz cuando completé su discografía en vinilo en 2022 y lamenté mucho cuando MCA falleció el 2012.

Mi primera oída de ellos fue, si mal no recuerdo, cuando tenía 10 años, en 1995, recuerdo haber escuchado por la radio, en casa o la escuela, un beat de batería pesado y un riff de guitarra igual pesado. Eso no es rock, creo, según lo poco que conocía de música en ese momento de la vida. Había escuchado rap, sonaba en las radios chilenas, pero de esa forma no. Cuando empiezan los Beasties a rapear, fue sorprendente, ya que nada sonaba similar por acá, al menos, en lo que sonaba en radios.

No tenía un gusto musical formado en ese tiempo, tenía un cassette de Pampas Reggae de Los Pericos como también uno de Eros Ramazzotti que me habían regalado en un par de viajes a Santiago. Eso cambió a partir de los 13 años, cuando cursaba 8º básico y aprendí la diferencia entre rap y hip-hop. En mi curso había muchos chicos que eran entusiastas por el hip-hop. Uno de ellos, se convirtió en mi inspiración. Estaba metido en la onda del breakdance y escuchaba mucho rap. Él estaba a la moda en ese sentido, su compañerismo y entusiasmo me motivaron a conocer más y a convertirme en hiphopero. Más aún, cuando dentro de las playlist de sus cassettes estaban Shake your Rump, Get It Together, Sure Shot y ese tema del pesado beat y riff: So What’Cha Want, ése era el grosso tema que hace un par de años atrás había escuchado y me había volado la cabeza.

A partir de ahí, con mi facilidad para el dibujo empecé mis primeros graffitis, que eran porquerías, y a juntar música, de la que me podía conseguir con algunos amigos y la que grababa de la radio. Así empezó de a poquito, una mezcla de los Beastie Boys, Tiro de Gracia, Wreckx-N-Effect, MC Hammer (sin U Cant’ Touch This), algunos gringos que no cachaba en ese entonces y varios mixes y otras cosas, cercanas, como Limp Bizkit y algunos temas de raggamuffin’. Era variado, poco, pero variado.

Hasta que empecé a rimar. Todo de ahí creció de manera exponencial. La capacidad de hacer freestyle, cabecear un beat, descifrar las letras en inglés con lo que iba aprendiendo en el liceo, buscar instrumentales entre amigos y hacer graffiti, mucho, junto con mi hermano de pinturas y versos, Enzo. Esto ya era cuando tenía 16–17 años. Ya tenía muchos cassettes con música y CD’s pirateados con mezclas y álbumes completos. Cuando visitaba a mis abuelos, la pasaba viendo películas y MTV, que en ese tiempo era bueno y daban muchos clips de rap, y los de Beastie Boys, que en 1998 habían lanzado Hello Nasty, eran mis favoritos.

Cuando salió el vídeo de Intergalactic, mi mente explotó.

¿Podía mezclarse un robot de cartón y plástico con unos trajes de goma ridículos, las estaciones de tren de Shibuya y Shinjuku y supermercados en Japón con 3 MC’s, una instrumental muy divertida, muy influenciada del jazz y una letra que no fuera el típico rap social, de calle o picao’ a gangsta?

Intergalactic demostró que sí. Y ahí fue cuando me enamoré de los Beastie Boys. Le encontré sentido al hip-hop por medio de su música y su estilo. No era sólo una moda bacán, ni tampoco un medio para hacer crítica social o una excusa para poder hacer arte gráfico, sino que entendí, que para mí, se trataba de disfrutar. Divertirme. Estaba en el hip-hop porque era una diversión real para mí.

No me malinterpreten, no es que menosprecie la cultura y los cuatro elementos, al contrario, más me involucraba. Pero a través de los Beasties entendí que podía hacer más que lo que hacían los típicos raperos que bebían de la influencia otorgada por Tiro de Gracia, de Tupac y Dr. Dre o de SFDK y Violadores del Verso o Vico C.

Simplemente, notemos todas las influencias de los Beasties: rock, funk, jazz, rap, dub, punk… hasta country y bossa nova. ¿Quieres fijarte en sus tres integrantes? OK, los 3 son amigos de escuela, son blancos y empezaron como una banda juvenil de punk. ¿Sus letras? Sobre fiestas juveniles, desorden juvenil (fiestas y cosas así), pasarlo bien, protestas contra la sociedad y la forma de vida que tenían sus integrantes, reflejar a New York y su amor por esa ciudad. También, espiritualidad y compromiso. ¿Cómo? ¿espiritualidad? Pues sí, espiritualidad, los tres son de ascendencia judía y dos son de fe judaica y MCA, pues MCA se hizo budista. Y lo dejó reflejado en su vida, en sus letras y en el sonido de su bajo.

Eran la excepción que rompía toda regla. Mientras la gran mayoría se sentían más identificados con andar fumando marihuana y haciendo rap gangsta, tirándose mala onda entre MC’s (Este contra Oeste, ¿les suena?) había un trío de nerds que se paseaban por motos en miniatura vestidos con colores como si de Teletubbies se tratara, rapeando en medio de Nueva York con un estilo inconfundible y cautivador (Alive). O bien, protagonizaban la mejor de las series policiales de los años 70’s, persiguiendo delincuentes y botando muñecos por puentes, llevando un bigote que era digno de comparar con el de Chuck Norris (Sabotage), a un ritmo rock que ni Zack de la Rocha podría superar, o eran un trío vestido con la ropa más normal del mundo, rapeando en mitad de un bosque (So Wat’Cha Want) con colores e imagen distorsionados, a razón del efecto que se hizo característico en sus vídeos.

Los Beastie Boys. Los que te decían que tienes derecho a pelear por tu fiestaa decir que las mujeres merecen respeto y gratitud. Que la mejor forma de disfrutar de la azúcar era con café y crema. Pasaron los años, todos crecemos, pero ahí estaban ellos, llenos de referencias a la cultura, a Star Trek, a Pie Grande y los 5 barrios. Luego, para concluir, volviendo a su origen y entregando el broche de oro a una carrera larga, entretenida, increíble y bien jugada: con la continuación del clásico (You Gotta) Fight for your Right (to Party), de la forma más genial y alocada que podía ser: siendo ellos mismos, pero representados por otros, como un autohomenaje o una broma interna.

La luz se apagó el 4 de mayo de 2012, cuando Adam “MCA” Yauch falleció. No sólo murió un componente importante del trío. Ahí, Beastie Boys terminó su carrera. No iban a ser como otras bandas que buscan un reemplazante. Tampoco iban a resucitarlo de forma virtual, ni muchos menos seguir como dúo. Los Beastie Boys eran tres y siempre lo serían.

Quizás podríamos querer escuchar más álbumes y canciones, aun cuando se sabe que hay un montón de canciones que nunca verán la luz. No es necesario, hay 8 álbumes y cientos de canciones para disfrutar a la mejor banda de hip-hop que ha existido.

En tiempos donde el rap es murmurado, donde todo gira en torno al ego y donde las batallas de improvisación se llevan el centro de atención, prefiero seguir oyendo y disfrutando a 3 idiotas que lo pasaban bien, rapeaban bien y son una de las más grandes influencias para muchos artistas y exponentes, simpatizantes y oyentes, por su actitud, visión, pensamiento, calidad de producción, ingenio, contenido y nivel musical. Ningún estilo les quedó pequeño. Ningún vídeo fue menos que otro. Ningún disfraz fue mejor utilizado como en sus vídeos.

Para mí, una inspiración e influencia directa. Un sí o sí en mis playlist diarios. Mi definición personal de los Beastie Boys es igual que el coro de una de sus canciones: Intergalácticos, Planetarios, otra dimensión.

Larga vida a Ad-Rock y Mike D y namasté por MCA.

PD: Esto fue escrito originalmente en 2016. Antes de ser publicado el libro biográfico escrito por Ad-Rock y Mike D y también, antes del hermoso documental basado en el libro: Beastie Boys Story.

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Artista Concierto Opinion

Kings of Convenience en Santiago (25/11/2022)

Es la primera vez que hablo sobre un concierto, so just bear with me por cualquier detalle, ya que como sabes, este es un miniblog personal 🙂

¡Llegó el tan esperado día! Viernes 25 de noviembre de 2022, salí de Temuco hacia Santiago en un vuelo normal, con poca batería en mis audífonos, pero lo suficiente para la hora que duraba el vuelo.

Llegué a un caluroso Santiago, pero gracias al calentamiento global (how dare you? diría Greta Thunberg), en Temuco estaba prácticamente igual. Santiago me recibió tranquilo, me detuve en Santa Lucía para juntarme con un capo, Cristóbal o mejor dicho, “El Tuto”, amigo virtual que se convirtió en real en aquel instante. Disfrutamos de un almuerzo reparador y sabroso, a la vez de una extensa conversación muy variada y a veces, bizarra, lo cual, es genial.

El metro nos llevó hasta Las Condes, donde coincidentemente, ambos debíamos llegar, así que mejor aún, disfrutar de una cálida y loca conversación con un amigo con el que tienes interesantes cosas en común es siempre gratificante. Así que, Cristóbal: ¡un abrazo, amigo! Ciertamente habrán muchas más instancias y anécdotas que compartir, sea en Santiago o en Temuco.

Hasta que llegó la BFF (es gracioso que ahora con sólo decir eso, es pensar en mi bebito fiu-fiu, pero ok…), Laura, quien me introdujo a los Kings of Convenience, allá por 2007, y aquel viernes 25 “cerraríamos” el círculo y por fin, poder verlos y escucharlos en vivo, no más MP3s de dudosa calidad o vídeos de YouTube de presentaciones en otras partes del mundo y así al fin sería una experiencia en vivo real que pudiésemos compartir.

Un descanso breve, actualización del día y nos encaminamos hacia el concierto. El clima no podía ser mejor, una cálida tarde nos acompañaba hacia el Teatro Caupolicán, muy ocupado estos días, con eventos musicales variados (es genial cómo se ha ido reactivando todo el ámbito musical en vivo, luego de la pandemia). Entramos sin dificultad y fue agradable estar en cancha, en un ambiente muy relajado, muy como de pub o tocata. Hasta con cerveza, aunque mala… (mal ahí, Patagonia, jajaja) quizás, podríamos haber quedado más cercanos al escenario, pero contamos con una ubicación cómoda, sin tantas personas alrededor, eso permitía libertad de acción, no pressure.

Me agradó mucho que aquel ambiente distendido y relajado también se notase en el escenario, con una ornamentación mínima, basada en plantas y también, notable en los artistas que se presentaron en esta oportunidad: Niña Tormenta y Diego Lorenzini, ambos para mí, conocidos sólo de nombre, pero agradecido de escucharles y conocerles, ya que les seguí en Spotify de inmediato. Detalle lindo: fueron presentados por el mismo Erlend Øye, quien fue recibido con una alegre ovación.

Antes de ellos, fuimos recibidos por unos mixes de música funk, al principio, no presté mucha atención, ya que estaba “interiorizándome” con el lugar. Posteriormente, pude dedicarle oído correctamente y validar de que eran unas buenas mezclas de aquel sabroso estilo musical.

El set de Niña Tormenta y Diego fue muy bueno, ambos tocaron sus canciones individuales en conjunto y fue un acierto de escuchar buenas melodías, bien complementadas en la capacidad musical de ambos, tal y como si fueran un dúo consagrado, mas que de artistas acompañándose, me agradó mucho la simpleza de tocar sus canciones con ukeleles, simpleza que no significa facilidad, eso está muy claro.

Es bonito disfrutar de artistas que se relajan y alegran de estar compartiendo su música y su arte, interactuando con el público, lanzando varias bromas inocentes y sencillas, que siempre son bien recibidas y que permiten y facilitan aquel ambiente relajado y cercano. También, las personalidades de ambos son especiales en el escenario, y escucharles al final de su presentación, que dejaban su ubicación como artistas para seguir disfrutando del show como fans de Kings of Convenience, fue algo muy destacable.

A continuación, volvió el DJ, que realizó varias mezclas interesantes (destaco las del final) pero que a pesar de su buena selección rítmica, le pasó la cuenta un poco, ya que todos deseábamos ver a Erlend y Eirik prontamente.

Un dúo que se conoce al revés y al derecho, que dominan su arte y su instrumentación, en una velada que hizo emocionar, reír, bailar y disfrutar de melodías sencillas y unas voces que acompañan canciones bien hechas, dispuestos a compartir su talento con parte del sur del mundo: Kings of Convenience. Excelente concierto, mas aún con excelente compañía.

Hasta que aparecieron. Simples y sencillos como siempre, los reyes de la conveniencia. Personalmente, fue una grata impresión, ya que llegaron los chispazos mentales de aquellos vídeos en YouTube mencionados anteriormente y del buen ánimo que se transmitía en aquellas grabaciones de 480 píxeles de resolución. Y ya no era un vídeo, sino ellos, en vivo y en directo.

Un setlist preciso, bonito, que apuntó a todos sus álbumes, a excepción del inicial Quiet is the new loud, y con mayor presencia de Peace or love, más que mal, era una fecha del tour correspondiente. El setlist de aquella noche fue el siguiente:

  1. Comb My Hair
  2. Rocky Trail
  3. Cayman Islands
  4. Angel
  5. Killers
  6. Love Is a Lonely Thing
  7. Catholic Country
  8. Know How
  9. Mrs. Cold
  10. Misread
  11. Fever
  12. Boat Behind
  13. Rule My World
  14. I’d Rather Dance With You
  15. 24-25
  16. Nueva canción instrumental

Como podrás notar, fue sencillo y muy bien alineado con la onda que transmiten Eirik y Erlend, al bromear entre ellos, con el público, contar anécdotas y tener pequeños momentos mágicos al interactuar con nosotros, los oyentes.

Dentro de las anécdotas, destacable aquella relacionada con el tema Angel, que fue compuesta inicialmente por el dúo aquí en Chile, en su gira durante 2016. También, la referencia y gratitud de Erlend hacia Pedro Carmona, indicado como su mentor por el noruego. Bonito detalle.

El feeling era como una sesión musical de grandes éxitos, algo como reproducir la lista “This is” de algún artista en Spotify y encontrarte con viejos conocidos y nuevas gemas, con la diferencia de que era en vivo, en un ambiente amigable y cercano.

Para mí fue muy especial y emotivo escuchar los primeros acordes de Cayman Islands, pero sobretodo, de Know How. Le tengo cariño a ese tema, la presentación fue pulcra y excelente, es que es inevitable no hacer hincapié en la maestría de Kings of Convenience como artistas musicales, el manejo de sus guitarras, la sonoridad y sobretodo, su nivel vocal. Suenan tal y como suenan en sus álbumes, obviamente, también es un acierto y felicitación a su sonidista, que sin duda, era quién nos permitía disfrutar de aquel precioso sonido.

No es fácil en absoluto sonar bien en vivo, ni menos aún, compararlo con el nivel de un álbum o fonograma. Pero Kings of Convenience lo logran. Lo sé, sé que se trata de una propuesta más sencilla, principalmente voces y guitarras, acompañados brevemente de bajo eléctrico y batería (más un pequeño teclado tipo sintetizador), pero créeme, de verdad sonaron muy bien.

Aquella compañía en batería y bajo fue a partir de la canción Fever, y contó con el apoyo de Jorge Aguilar en la batería y Francisco Rojas en el bajo, ambos mexicanos y cercanos al dúo.

Es bonito compartir momentos musicales así, dejarte llevar por aquellas canciones que te van acompañando en la vida, en diferentes momentos, etapas y lugares, atravesando diferentes emociones y compartiéndolas con diversas personas y aquella noche, fue con Laura, finalmente. Son quince años de amistad, de conversaciones, de mails y reuniones a veces mínimas, a veces extensas, de chats y ¿por qué no? de memes. Hemos desarrollado una amistad en las buenas y en las malas. Y también, en lo musical, compartiendo extrañezas y descubrimientos que cada uno va haciendo en su día a día. Definitivamente fue como un broche de oro disfrutar a los Kings aquel viernes.

Todos en el Teatro Caupolicán nos dejamos cautivar por las notas y melodías de Rocky Trail, de Love is a lonely thing, Misread (ay, es que Riot on an empty street es un álbum demasiado bueno), de Mrs. Cold, la fiebre que nos contagió Erlend con Fever y los buenos ritmos que va creando y dejando con Boat behind, así como con el final, que era obvio: I’d rather dance with you. Todos los que estábamos ahí disfrutamos como fans aquella canción, es que ¿quién que no la haya escuchado no ha podido dejarse llevar por el ritmo y la letra, bailando tontamente tal cual lo hacía Erlend Øye en el escenario? y éramos muchos bailando tontamente, aunque claro, muchos lo hacen bien, no como uno, que es un simple cabeceador, un discípulo de Ronny Dance.

El encore siguiente incluyó la canción 24-25, que nos calmó a todos y a la vez, iluminó el Teatro Caupolicán con cientos de luces blancas —teléfonos emulando a los encendedores de antaño— que permitió una bonita postal antes de concluir ya finalmente, con una nueva canción, según declaraba Eirik, inédita e instrumental, la que nos liberó nuevamente y nos puso a todos a bailar al son de un ritmo instrumental suave y entretenido.

Y luego de una muy merecida ronda de vitoreos y aplausos por centenares, vino el acompañamiento musical final, con aquel DJ pinchando discos de funk, con una excelente selección que mantuvo el ambiente de goce y disfrute. Es que no te puedes resistir al funk, el funk tiene magia, tiene power y es inevitable no rendirse al groove y dejarse llevar rítmicamente, de hecho, así fue.

Finalmente, misión cumplida. Kings of Convenience en vivo, en Santiago, checked. Disfrutado con creces, con mucha alegría y emoción.

No me quepa duda de que Eirik y Erlend volverán, ya son de casa, tal como Mike Patton. Y los nexos que ellos poseen acá en Chile, también los invitará a seguir volando hasta estas sureñas tierras, que me imagino, deben tener algunos puntos en común con su hogareño Bergen en Noruega, y es bonito pensar que ellos saben que acá siempre los esperará un público que los conoce y quiere por su calidez humana y musical.

Nosotros volvimos a casa, sabiendo que era un pequeño logro en nuestra amistad y esperando poder repetirlo nuevamente a futuro.

Gracias, Erlend Øye y Eirik Glambek Bøe.

Gracias, Kings of Convenience.

Gracias, Lau.

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Kings of Convenience

Esta es una nota más bien corta, pero que deseo compartir.

Kings of Convenience. Sé que hablé sobre Erlend Øye hace no mucho, y todo lo que disfruto de su música, en aquel artículo mencioné a Kings of Convenience, su dúo junto a Eirik Gamblek Bøe, tal como indiqué:

«…dúo noruego de folk-pop e indie-folk, con bonitos toques de bossa-nova, soft rock y una onda guitarrera y calmada que recuerda a Simon & Garfunkel, pero sin los problemas de personalidad entre ambos».

La verdad, nunca pensé que me encontraría disfrutando de aquellos ritmo –oh sí, aquel joven que pasaba tardes escuchando y haciendo rap hardcore también había aprendido a oír otros estilos diferentes– pero ha sido un descubrimiento genial.

Me declaro fan de su álbum Riot on an empty street. Es el que más disfruto y escucho, también incluyo al álbum Versus, que es un compilado de remixes de canciones de su primer álbum y que tiene unos toques de electrónica bien elegantes y bastante complementarios para el ritmo que manejan Erlend y Eirik.

Su último álbum, Peace or Love, publicado en 2021, luego de un extenso hiato (Declaration of Dependence es de 2009), es igualmente un álbum exquisito, que trae los acordes y melodías típicas, cercanas e intimistas de Kings of Convenience a los tiempos modernos.

Aquella producción les presenta ser como el vino. La madurez le sienta bien a la seriedad de Kings of Convenience y aquel tiempo de lejanía entre álbumes también hace notar una añoranza, una agradable gratitud de poder crear una nueva producción y compartirla con el mundo.

Mundo el cual esperaba con ganas nuevos temas y que se mantuvo latente y constante en el apoyo al dúo, gracias a los demás proyectos musicales, la gratitud es gigante para con Erlend Øye por su insaciable inquietud musical, al retomar el proyecto de The Whitest Boy Alive y traer su música solista junto a La Comitiva, también, agradezco la cercanía que posee Erlend y Eirik para con Chile, al venir seguido a presentarse por estos lados del mundo y formar lazos de amistad con artistas locales. De hecho, es conocida una anécdota que prácticamente une a Erlend con Chile, desde hace muchos años, pero es historia para otra publicación.


Volviendo a Riot on an empty street, estos días resuena en mi playlist, gracias a la gran bendición (en serio lo es) de finalmente, tener la oportunidad de ver al dúo en vivo, este viernes 25 de noviembre en Santiago, junto a Laura, quien me introdujo a este par de amigos noruegos y a quien le agradezco en demasía tantas curiosidades musicales. Sin lugar a dudas, compartir este concierto con ella, será espectacular.

Creo que volveré a editar esta publicación al regresar del concierto o bien, añadiré una nueva nota al respecto.

Es que es algo que me tiene contento. Poder disfrutar de canciones como I’d rather dance with you, Stay out of trouble, Know How, Rule my World, Boat Behind, Failure, Toxic Girl o de Rocky Trail, Fever o cualquier otra, es un pequeño gran sueño cumplido (la verdad, por cumplir, a medida que escribo esto), que no dudo disfrutaré en demasía.

Lo sé, debería hablar más sobre el dúo en sí, es la idea de este blog, pero no quería dejar de compartir esta alegría que está pronta a disfrutarse en vivo.

Les contaré cómo me fue al regresar. Por ahora, les dejo más que recomendados a Kings of Convenience, vayan a su plataforma musical favorita y dénle play. Lo disfrutarán.

PD: esta es una publicación algo «fanboy», pero me alegra 😀

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The Spaceape

Luego de un receso durante el cual pude viajar a New York, pasar por un resfriado y actualizar este miniblog, vuelven los artículos que le dan vida a este espacio.

Hablar de The Spaceape es hablar de un artista bastante underground, pero conocido dentro de un grupo específico de artistas y estilos, sobretodo ingleses. También es hablar de tribulaciones, de búsqueda de sanidad, de la vida con una enfermedad mortal y del enojo y la complacencia para con un mundo, tanto personal como total, en el que diferentes áreas de la existencia caen en duda, intentando la coexistencia con la normalidad y el presente.

Stephen Gordon fue el hombre detrás del seudónimo The Spaceape. Fue un poeta, vocalista y MC británico, conocido más que nada, por su dúo junto a Kode9, fundador de la discográfica Hyperdub (que engloba a Burial, Laurel Halo y otros artistas) simplemente como Kode9 & The Spaceape. Como dúo produjeron dos álbumes y un EP, entre 2006 y 2014, así también, colaboró con otros artistas, como Burial, en su álbum homónimo, entre otros. Parte de los inicios mismos de Hyperdub se entrelazan con los de The Spaceape, ya que fue el primer artista en lanzar un single a nombre de la discográfica.

Su estilo vocal podría resumirse como tranquilo, profundo y meditativo. Más que armonizar, The Spaceape empleaba mayoritariamente la palabra hablada –spoken word– para crear relatos y melodías que potenciaron y otorgaron un estilo característicos al incipiente dubstep, muy alejado de los excesivos efectos y sonidos graves que caracterizaron al estilo cuando este se hizo mainstream.

El dubstep inicial tenía un estilo más profundo y las letras, gracias a artistas como The Spaceape, tocaban temas más introvertidos, por así decir, que el posterior estilo conocido.

Este estilo vocal de Stephen quedaba muy bien con la producción que Kode9 creaba. Ambientes sonoros oscuros y una mezcla de estilos bastante peculiar. La magia del dueto formado por ambos claramente era obra de Stephen Gordon y su particular voz.

El miedo a la muerte es el catalizador de Xorcism, la obra final de The Spaceape, donde vemos a un artista atribulado, enfrentando y abrazando su destino, el cual deja en manifiesto la futilidad de la propia existencia y los sentimientos y anhelos que se entrecruzan en la mente de un músico y poeta que se enfrenta a su propia muerte.

Menciono al inicio sobre tribulaciones y la coexistencia entre la oscuridad personal y la vida normal, es que Stephen pasó cinco años luchando con un extraño cáncer: neurolinfomatosis, con el cual convivió y convirtió en fuente de inspiración para trabajar junto a Kode9 en Black Sun, segundo álbum del dúo y producción en la que podemos oír cómo Stephen empieza su convivencia con este raro cáncer. Y posteriormente, éstas mismas experiencias le permiten crear un EP solista, llamado Xorcism, en el cual expone y transparenta sus sentimientos, sus dudas, sus temores y también, es una suerte de desahogo en la cual manifiesta su deseo de vivir pero también, de coexistir con aquella enfermedad, al punto que Xorcism es un trabajo que lo prepara para su muerte, una suerte de testamento musical y sonoro.

Este EP es una extrañeza, tal como lo fue su enfermedad, ya que no continúa su estilo característico musical desarrollado con Kode9 o sus anteriores singles lanzados en solitario, sino que este breve álbum abraza sonoridades influenciadas por la música y espiritualidad haitianas.

La sensación de Xorcism es cruda, caótica, percusiva e hipnótica. Spaceape se desenvuelve fluida y lúcidamente mientras nos guía a través de siete cortos capítulos. Siete canciones que están por debajo de los 3 minutos y tienen lo necesario para exponer todo por lo que Stephen va pasando en su mente y su vida.

Sus letras tratan desde tratar de argumentar con Dios por su existencia, a medida que la muerte cada vez le acecha más, como también de cómo es el recorrido de un hombre en búsqueda de sanidad espiritual o cómo conllevar la experimentación medicinal y el tratamiento doloroso por el cual debe pasar, para finalmente, manifestarse contra la complacencia del hombre en un mundo que habitamos tan brevemente.

Toda esta temática, acompañada de un fuerte y notable fondo sonoro tribal, vudú, haitiano, permite comprender parte de lo vivido por The Spaceape en su proceso de enfermedad, aceptación y futuro relativo, que sin lugar a dudas, lleva a pensar sobre la propia existencia y el cómo nos relacionamos con la muerte si lo consideramos más allá de algún fugaz memento mori.

The Spaceape fallece finalmente debido a neurolinfomatosis el 2 de octubre de 2014. Dejando atrás a su esposa Luciana, su hija Cleo, y a su segunda familia en Hyperdub. Como artista, deja un legado musical diferenciador, extraño, sombrío y al mismo tiempo, encantador y sincero.

Lamentablemente, este EP es difícil encontrarlo, ya que fue publicado como descarga gratuita en el portal de The Spaceape y de Hyperdub en 2012 y posteriormente, con su deceso y el vencimiento de los servidores web, resultó en un álbum atrapado en el limbo de la internet.

Pero podemos encontrar parte de su visión en el EP Killing Season, junto a Kode9, publicado en 2014 y también, disfrutar de los álbumes Memories of the Future, de 2006 y Black Sun, de 2011, junto con un montón de singles y colaboraciones que mayoritariamente están bajo el alero de Hyperdub.